El arte de no esforzarse

El cuerpo quiere respirar, pero nosotros no lo permitimos por tensionar músculos de manera inconsciente y constante.
Energía física es liberada cuando relajas el cuerpo. Esto es una práctica de momento a momento, un arte que consiste de 4 puntos.
Consciencia y tranquilidad.
Actuar sin esfuerzo.
Sensibilidad y calor.
Enraizamiento.
En esta publicación vamos a ver punto por punto y concluir con una práctica que puedes hacer hoy mismo.

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Consciencia y tranquilidad
La relajación activa es un estado de ser consciente, un estado de alerta en uno mismo y el ambiente externo. La vitalidad no es gastada en tensión innecesaria.
Es imposible alcanzar este nivel de vitalidad y gracia sin cultivar consciencia plena del cuerpo. La regla de oro es “pon atención”. No podemos librarnos de la tensión si no sabemos qué músculo se encuentra tenso y como es que mantenemos esa tensión de manera crónica e inconsciente. Mientras vamos observando áreas de tensión en el cuerpo, dicha tensión se va derritiendo con la pura luz caliente de la atención.
La tensión muscular crónica viene de una falta de atención habitual en el cuerpo. Nos acostumbramos tanto a la tensión muscular que la dejamos de percibir, así como cuando nos acostumbramos al ruido de un abanico. Pero cuando reconocemos y sentimos esa tensión en la quijada, la quijada se empieza a relajar. El llevar la atención al dolor puede no ser placentero al principio, pero es la primera etapa de cultivar tranquilidad y relajación profunda.
Sin esfuerzo
Se trata de entrenar el cuerpo a utilizar el mínimo esfuerzo para cualquier acción cotidiana.
¿Si necesitas 8 gramos de esfuerzo para que usar 10? Esos 2 gramos extra es energía tirada a la basura, un dren constante de vitalidad. Lo que buscas es hacer el mínimo esfuerzo que provoca una sensación subjetiva de ligereza a pesar de la cantidad de energía requerida. Esa ligereza es aparente, otras personas lo notan. Ejemplo: Una bailarina de ballet parece flotar a través del escenario.
Por el otro lado, cuando una acción nos sale mal o resulta ineficiente, hay una sensación subjetiva de presión, fricción o resistencia.
“La sensación de esfuerzo es la sensación subjetiva de movimiento gastado” - Moshe Feldenkrais, Ph.D.
Un ejemplo es cuando apretamos los dientes y la quijada para cargar un objeto pesado. O cuando apretamos las cejas y los ojos para tratar de entender algo.
En una cultura como la de nosotros, que admiramos y premiamos el trabajo duro, se requiere de un poco de reflexión el entender que no tenemos que echarle tantas ganas a las cosas. Para hacer algo de una manera más eficiente, uno tiene que aprender a no esforzarse.
La energía no puede fluir a través de un músculo contracturado o una articulación atorada. Así como tampoco puede fluir a través de una mano aguada y una panza flácida.
El aprender a usar el mínimo esfuerzo necesario es una manera de mejorar salud y un ingrediente importante al curar la fatiga inducida por estrés, incluyendo la fatiga por tanta actividad mental. Cuando el cuerpo se relaja, la mente esta tranquila, consciente y alerta.
Sensibilidad
la relajación es un proceso de convertirse más sensible a lo que pasa dentro y fuera de nuestra piel
“Implica soltar los músculos y soltar la tensión, sacrificando energía externa, pero preservándola internamente para que el cuerpo de uno sea sensible y suficientemente alerta para adaptarse a cualquier circunstancia.” - TT Liang

La sensibilidad hacia energías es posible porque la relajación ayuda a soltar actitudes fijas de cuerpo y mente. Libre de creencias rígidas sobre uno mismo y los de más. Naturalmente, uno reacciona a disturbios emocionales, pero esas reacciones no son prolongadas, no se salen de control.
Un cuerpo relajado puede sentir. Un cuerpo tensionado es insensible. La tensión reduce la sensibilidad hacia las de más personas.
Calor y enraizamiento.
La relajación permite una respiración profunda y eficiente que oxigena la sangre y mejora la circulación. La respiración abdominal funciona como una bomba de energía.
Un efecto de la relajación activa es una sensación de pesadez, enraizamiento o de “hundirse”que viene de soltar la tensión por preocupación y equipaje mental. Alguien que vive en su cabeza, tiene un desbalance energético.
“Relájate a través de los pies hacia el piso”
Un individuo parado, relajado y hundido se siente “Tan estable como el monte tai”. Un árbol bien plantado se mueve, pero no se va a caer.
El psiquiatra Johannes H. Schults ponía a sus pacientes concentrarse en varias partes del cuerpo mientras se imaginan que están pesadas, calientes y relajadas. Resulta en una sensación de calor, pesadez, calma y respiración natural. Este ejercicio requiere de paciencia y dedicación.
Método para relajar el cuerpo y liberar energía.
Intentar relajarse es contraproducente.
La relajación es una habilidad que requiere de tres ingredientes: Darse cuenta, soltar y practicar.
“Estar tranquilo y poner atención”
Pensar en la relajación como un proceso de rendirse ante una sabiduría profunda, en vez de ganar a la fuerza una habilidad nueva. El crecer músculos requiere de esfuerzo, pero el cultivar relajación requiere de soltar.
La práctica es esencial: Las sesiones pueden durar desde 5 a 20 minutos. Si tienes 5 minutos para checar Instagram, tienes 5 minutos para esta práctica o 1 minuto para compartirle esta publicación a un ser querido. =)
Práctica de relajación secuencial
Inicia con un minuto de buscar áreas de tensión. Observando, aceptando y apreciando lo que el cuerpo quiere decir
No trates de relajar todo el cuerpo a la vez, relaja parte por parte. Así, descubrirás cuáles son las partes más tensas y en donde haces más esfuerzo de lo necesario para mantenerte de pie o hacer cualquier cosa.
Postura e instrucciones para relajar el cuerpo
Acostado en el piso. Ojos abiertos o cerrados, relajados y sin enfoque. Lleva tu atención a tu cuerpo y permite que se rinda ante la gravedad, busca la sensación de hundirse, parte por parte, empezando desde la cabeza hasta los pies.
Esta guía te puede servir para relajar el cuerpo:
Sé consciente de tu cuello. Relaja los músculos de frente, los lados y la parte trasera del cuello. Relaja y mentalmente abre la vértebra del cuello. Deja que tu cabeza flote fácilmente arriba de una columna, como un corcho flotando en agua.
Los hombros se hunden o se colapsan en el piso. Relájalos. Deja pasar esa relajación por tus brazos y manos. Siente el peso de todo el brazo.
Relaja los codos, las muñecas y los dedos.
Relaja las costillas, deja que cuelguen naturalmente. Relaja los músculos entre las costillas. Relaja los músculos de la espalda alta y alrededor de tu columna, siente como se abre la columna vertebral, naturalmente alargándose.
Relaja todo el torso, especialmente los órganos. Suelta el diafragma y el abdomen. Deja que la panza cuelgue, no te preocupes por como te ves. Permite que el cuerpo respire sin tu control.
Así le puedes seguir con las caderas, las rodillas, los pies, etc. Deja que la gravedad trabaje por ti
Conclusión.
Tu cuerpo quiere respirar, pero tú no lo permites porque estás constantemente tensionando un músculo desde hace tanto tiempo que ya ni te das cuenta. La vida se siente a través del cuerpo. Un miedo a vivir se refleja en un cuerpo tenso, insensible y enfermo. Vivir en la mente resulta en tensión mental, mucha energía en la cabeza, poca energía en el cuerpo.
Referencia: The way of Qigong The art and science of chinese energy healing de Kennet S Cohen.
Disfruto de este sonido mientras escribo: