La crisis de masculinidad en la época del padre ausente.
Ausencia física y/o emocional del Padre. Esto nos deja sin ese soporte psicológico, sin ejemplo o guía, para salir a la vida y luchar contra esa fuerza de regresión representada por un Dragón en mitología.

Desafortunadamente, muchos niños están creciendo sin padre, sin un ejemplo, una guía o soporte psicológico para lograr aquella tarea monumental de pasar por un proceso de iniciación hacia la vida de adulto. La transformación de una psicología de adolescente a una psicología de hombre.
El padre puede estar presente físicamente, dormir todos los días en el mismo techo y a pesar de eso estar emocionalmente ausente en la vida del hijo.
Para que un padre pueda guiar al hijo hacia la madurez, ese mismo padre tiene que ser alguien fuerte e independiente, capaz de mostrarle con el ejemplo que vale la pena salir a buscar y batallar. Para que un adolescente tenga el coraje de dejar atrás las comodidades de la infancia y el calorcito de mamá, necesita estar convencido de que existe algún lugar al que vale la pena llegar o alcanzar. Un significado.
“Los hijos tambien necesitan observar a su padre. Necesitan que les enseñe como ser en el mundo, como trabajar, como salir de la adversidad...Necesitan la activacion de su inherente masculinidad a traves de un modelo externo y por afirmación directa." (James Hollis, Under Saturn’s Shadow)
En el libro “Finding our fathers” Sam Osheron menciona un estudio en donde reporta que solo el 17% de hombres americanos reportaron tener una relación positiva con su padre durante su infancia. En la mayoría de los casos el padre estaba física o emocionalmente ausente. Al reflexionar sobre esto, el psicoterapeuta James Hollis escribe:
“Si esta asombrosa estadística es tantito cercana a la verdad, algo grande y trágico le ha pasado a uno de los balances críticos de la naturaleza." (James Hollis, mnder Saturn’s Shadow)
Vivimos en la época del padre ausente y muchos sufrimos como resultado. Como hombres, eventualmente llega un punto en la vida en donde debemos dejar atrás las comodidades de la casa y resolver el complejo con la madre para construir una vida digna. Tenemos que hacer esto con todo y la falta de guía, ejemplo y soporte psicológico de un padre. La crisis de masculinidad ahora tiene sentido.
Por otra parte, la madre también sufre por la ausencia del padre y esto hace las cosas peores, pues tiene que convertirse en la figura de autoridad para compensar la falta de la figura masculina.
Por si eso no fuera poco, también vive con un vacío emocional que viene de una carencia de amor y apoyo que se representa en una sed o hambre que trata de remediar a través de la relación con su hijo, por eso lo sobre protege, lo chifla y se quiere involucrar en todos los aspectos de su vida. A pesar de tener las mejores intenciones, esto funciona como una manipulación psicológica que lo mantiene dependiente de ella de adulto.
“He aqui la conspiracion secreta entre madre e hijo, y como cada uno ayuda al otro a traicionar la vida." (Carl Jung, Aion)
Cuando al crecer nos tratan con mucho cuidado, sin permiso de salir al mundo, de defendernos, de cometer errores o tomar decisiones, termínanos siendo un adulto incapaz de aguantar y salir adelante a pesar de los retos.
Ese deseo sano de adaptarse a la realidad y de pasar por un proceso de individuación psicológica es curiosamente doloroso, se siente el conflicto en la mente y en el cuerpo.
Para evitar el dolor buscamos permanecer atados a nuestra madre o buscamos un substituto simbólico en el mundo. Si no somos dependientes de nuestra madre biológica, buscamos desesperadamente en otras mujeres un remplazo a esa figura y/o nos perdemos en la comodidad de una adicción. ¡O todas al mismo tiempo!
Características principales de este arquetipo
Viviendo día a día con una sensación de querer regresar a las comodidades de la adolescencia.
Encontrando entre las colchas un cierto alivio en el hábito de dormir más tiempo de lo necesario en vez de participar en la batalla de la vida.
Sentido de arrogancia hacia los de más, debido a un complejo de inferioridad y un sentido falso de superioridad.
Cualquier trabajo que uno consigue siempre tiene un “pelo en la sopa”. Por eso es difícil comprometerse con algo a largo plazo porque nada se siente 100% correcto.
Un sentido de que la vida que uno vive no es la definitiva. Que por lo pronto, uno se dedica a lo que se dedica, pero que en el futuro ya vendrá otra realidad. Algún día todo va a cambiar por arte de magia.
Una resistencia a comprometerse a la cruda realidad del momento presente.
Fascinación con deportes extremos, volar, escalar, etc. Los cuales simbolizan aquel sueño de volar, de escapar del mundo y de la vida ordinaria.
Vida minimalista, porque el cargar con la maleta de una vida más completa pesa mucho.
Complejo de mesías. “Un día voy a salvar al mundo, seré el que tiene la última palabra en mi industria”
¿Y mi niño interior? No quiero que muera.
Como todo, nuestra tarea como hombres es encontrar un balance. Todos tenemos un niño interior que es importante cuidar. Pero es bueno saber que tiene dos lados
Un lado nos impulsa a crear, vivir y probar cosas nuevas. Te impulsa, te invita.
Otro lado nos quiere mantener en hábitos infantiles y se siente como una resistencia o evasión a la vida. Te jala, te limita.

Según Jung, este tema está relacionado con el número creciente de hombres homosexuales. Si a esta crisis de masculinidad le agregamos el feminismo tóxico y la idea peligrosa de igualdad de género, ahora podemos ver como nos espera un futuro muy curioso.
Una disrupción al balance crítico en la naturaleza humana es lo que está sucediendo.
¿Estamos malditos? ¿O hay una solución? Esa es la polémica detrás de la pregunta de que si existe la libre voluntad (free will).
Según Marie-Louise Von Franz. ¡Si existe una solución! Pero es dolorosa y un sentido de significado nos ayudará a soportar el dolor. ¿Escribo sobre esto?
Marie-Louise von Franz - Wikipedia
nota personal
Al escribir esta publicación me di cuenta de algunas cosas. A pesar de haberlo sentido, nunca lo había visto así de claro.
Una gran parte de mí es dependiente emocionalmente de mi Madre, porque su opinión y admiración— naturalmente, formaron mi ego (la definición de mí mismo) y mi valor (autoestima) como individuo.
Hoy, eso sigue, su opinión y admiración tienen poder sobre mi ego, mi frágil ego. Para acabarla de chingar, lo que yo pienso, lo que, según yo, ella piensa de mí, es solo una idea mía, probablemente irracional o proyectada. Y sea cual sea su opinión sobre mí, tampoco es muy relevante, porque eso también sería una proyección de ella reflejada en mí.
La tarea es combatir al dragón que representa la fuerza de resistencia y regresión.