Anima y Animus – La pareja eterna del inconsciente.
Crean una conexión con la profundidad de tu psique. Son los filtros entre la consciencia y la inconsciencia. Arquetipos formados por las experiencias que has tenido con el sexo opuesto.
En la cueva de nuestro inconsciente viven los arquetipos de la sombra, el ánima y el animus.
Se le llama La sombra a los aspectos de nuestra personalidad que no vemos. Nuestro inconsciente personal está constituido por experiencias que hemos ido acumulando a lo largo de la vida y por alguna razón, pasaron a ser parte del inconsciente y ahora operan de manera autónoma.
Si quisiéramos ser conscientes (llevar luz) a esa parte oscura de nosotros, primero hay que reconocer (ver) los aspectos oscuros de nuestra personalidad, porque cuando no son reconocidos los proyectamos en los de más. Sin darnos cuenta, claro.
Entonces, el primer paso en el camino de nuestro desarrollo es el trabajo de sombra. Si no hacemos ese trabajo de sombra, seguiremos viendo al mundo como si fuera una réplica de nuestra propia cara desconocida.
Así como el contenido del inconsciente personal fue acumulado a lo largo de la vida del individuo. El contenido del inconsciente colectivo está formado por arquetipos que han estado presentes desde siempre en la historia de la humanidad, patrones de comportamiento heredados de manera colectiva. Los arquetipos son aquellos que tienen la influencia más frecuente y preocupante en el ego. Estos son la sombra, él anima y el animus
Él ánima es la personificación de las características psicológicas femeninas en un hombre, el animus es la personificación de todas las tendencias psicológicas del hombre en la mujer. Quieren expresar lo que te falta, tienen una naturaleza complementaria. Son difíciles de integrar a la personalidad porque son autónomos.
La función real del ánima y el animus es la de crear una conexión con la profundidad de tu psique. Son los filtros entre la consciencia y la inconsciencia.
Ya he explorado la idea de la persona, la sombra y el inconsciente colectivo en otras publicaciones. Ahora vamos a hablar sobre él ánima y el animus.
“La sombra representa el inconsciente personal y su contenido puede ser llevado a la luz sin tanto esfuerzo. En esto se diferencia del ánima y animus, la sombra puede ser vista y reconocida fácil, él anima y el animus están más lejos de la consciencia y en circunstancias normales casi nunca son reconocidas.” Carl Jung, C.W. Vol 9. Part II: Aion. The Shadow
Introducción: Anima y Animus
Estos arquetipos son formados por las experiencias que el individuo ha tenido con el sexo opuesto, a lo largo de su vida.
Todo hombre carga consigo la imagen eterna de una mujer; no la imagen de una mujer en particular, pero una imagen femenina definitiva. Así también, cada mujer carga la eterna imagen masculina.
“Si el encuentro con la sombra es la pieza del aprendiz… Entonces el encuentro con él ánima es la obra de arte-” Carl Jung, C.W. Vol 9. Part I. Archetypes of the Collective Unconscious
El hombre valora mucho su aspecto masculino, mientras que su aspecto femenino permanece inconsciente. Cuando su ánima es inconsciente, proyectará un ánima negativo en los de más.
Algunos hombres están excesivamente enfocados en el ego, en lo que ya saben, son racionales y se enfocan en el mundo exterior. Pero no saben que no saben, no tienen acceso al mundo interior. Su maldición es aquella cárcel del mundo exterior sin acceso al mundo interior.
Las mujeres, por otro lado, están más en sintonía con su mundo interior, con la intuición.
Hay una diferencia considerable entre el hombre y la mujer, es común que el hombre tenga humores irracionales y la mujer opiniones irracionales.
El ánima corresponde al maternal Eros, y el animus corresponde al paternal Logos.
“Así como él anima se convierte, a través de la integración, en el eros del inconsciente, así el animus se convierte en Logos; y de la misma manera que él anima le da relaciones a la parte consciente del hombre, el animus le da a la consciencia de una mujer la capacidad de reflexión, deliberación y autoconocimiento.” Carl Jung, C.W. Vol 9. Part II: Aion. The Syzygy: Anima and Animus
Él anima: La mujer que llevamos dentro.
El ánima es esa mujer que llevamos dentro, es la personificación de todas las tendencias femeninas en el hombre. De cierta manera, el ánima es moldeado por la mamá de uno. Si uno como hombre siente que su madre tuvo una influencia negativa en él, su ánima se expresará en irritabilidad, humores depresivos, incertidumbre, inseguridad y fragilidad.
“En el alma de un hombre asi, la figura de madre-ánima negativa siempre le estará repitiendo este tema en su cabeza: “No soy nada. Nada tiene sentido. Para otras personas es distinto, pero a mi… nada me gusta.” Estos “humores del ánima” lo hacen blando y provocan un miedo a las enfermedades, la impotencia y a los accidentes. Toda su vida toma un aspecto triste. Estos humores pueden hasta llevar a un hombre al suicidio, en ese caso, el ánima se ha convertido en el demonio de la muerte.” Man and His Symbols. Part III: The Process of Individuation – M.L. von Franz
El ánima es el arquetipo de la vida, entonces si se vuelve negativo, uno cae en la trampa de escapar, hacía soñar y fantasear sobre la vida en vez de vivirla. Toda esta situación se relaciona con la mitología del vampiro chupando la sangre, succionando la vitalidad de uno. Sin vitalidad, sin sangre, uno se hunde en pasividad, siempre cansado, sin ganas de hacer nada. Uno se despierta deprimido y nada tiene significado.
Otra manifestación sutil de un anima negativo se trata de participar en diálogos pseudo-intelectuales destructivos, juegos que no permiten que un hombre tome decisiones y haga contacto directo con la vida real. Reflexionando sobre la vida, en vez de vivirla.
“Los jóvenes que están dominados por su madre [seguido] escapan hacia el reino del intelecto, al reino de los libros y las discusiones filosóficas — las cuales piensan que la madre no entiende. Esto salva su masculinidad mental, pero sacrifica su erección: su masculinidad y su creatividad. Esa masculinidad es aquella que enfrenta y moldea la realidad. Pero todo eso lo deja atrás, ya que eso es muy difícil; se escapa hacia el reino de la filosofía. Gente así no tiene preguntas genuinas. Para ellos esto es como un juego de palabras y conceptos que les falta poder de convencimiento.” — M.L. von Franz, The Problem of the Puer Aeternus
Así como una experiencia negativa con nuestra madre puede afectar negativamente nuestro ánima. También mucho apego con la madre puede causar que el hombre se haga afeminado, incapaz de soportar las dificultades de la vida.
Ese complejo de madre crea un ánima dividido.
Por un lado, admira la imagen femenina. Vive escondiéndose, escapándose del mundo frío y cruel, deseando regresar a su infancia y ser protegido por la mujer. Esto se lo conoce como el puer aeternus o el niño hombre, (Peter Pan). El arquetipo del niño dios.
Por el otro lado, odia a las mujeres y las ve solo como un objeto para cumplir sus fantasías eróticas. Fantasías compulsivas de un hombre infantil que no ha cultivado sus emociones y relaciones.
Estos aspectos inconscientes del ánima, por su puesto que son proyectados en los de más. Debido a que toda proyección es inconsciente, él pensará que sus proyecciones son cualidades reales de alguna mujer en particular.
Es la presencia del ánima, la que causa que un hombre se enamore a primera vista y que diga “ella es la indicada” o “shes the one”. Siente que conoce a la mujer desde hace años y se enamora tanto que para la de más gente que observa parece una locura.

El mito de Lorelei, es el espíritu de una sirena hermosa que canta para seducir y atraer al hombre hacia la muerte. El ánima aquí simboliza el sueño de un amor irreal y el calorcito del nido de una mujer. Puras fantasías que alejan al hombre de la realidad, encarcelándolo en un mundo de ilusiones proyectadas en mujeres reales.
Pero el ánima no solo se trata de lujuria. El ánima también simboliza a la diosa que posee energía femenina: Cybele (La diosa de la naturaleza) y afrodita (La diosa del amor).
El ánima también tiene aspectos positivos. Pone a la mente del hombre en sintonía con ciertos valores internos, abriendo profundidad en su mundo interior.

“Hay 4 etapas en el desarrollo del ánima: La primera etapa es mejor simbolizada por la figura de Eva, que representa las relaciones biológicas y del instinto. La segunda puede ser vista en Fausts Helen: Ella personifica un nivel estético y romántico que es caracterizado por elementos sexuales. La tercera etapa es representando, por ejemplo, por la Virgen María - una figura que desarrolla amor (eros) hacia los niveles de la devoción espiritual. El cuarto tipo es simbolizado por Sapientia, sabiduría trascendiendo hasta lo más divino y lo más puro. En el desarrollo psicológico del hombre, este nivel es raramente alcanzado. La mona lisa es la que se acerca más a un tal ánima de la sabiduría.” Man and His Symbols. Part III. The Anima: The Woman Within – M.L. von Franz
Básicamente, un ánima positivo nos guía hacia el mundo interior, y ocurre cuando un hombre reconoce y se toma en serio sus sentimientos, emociones, expectativas y fantasías del ánima y de cierta manera las arregla - Escribiendo, pintando, creando música, construyendo. Expresando sus emociones, a través del arte y la creatividad.
Es esencial ver las fantasías como algo 100 % real y no “solo una fantasía”. Hay que recordar que el mundo interior es algo que realmente está sucediendo en el mundo interior, es un hecho. De esta manera, el proceso de individuación se lleva a cabo y se desenvuelve en su manera más pura, mientras uno va llevando los contenidos del inconsciente hacia la realidad… claro a largo plazo. El inconsciente, como ya sabemos, nunca termina, nunca acabamos.
El propósito es integrar la personalidad para lograr la unificación, trayendo contenidos del inconsciente hacia la consciencia a través del proceso de individuación, la alineación con el verdadero ser. La alineación con cristo.
“La decisión dolorosa y simple de tomarse las fantasías y emociones en serio, puede prevenir una estancación del proceso de individuación. Porque solo de esta manera, el hombre descubrirá que es lo que significa esa figura en su realidad interna. De esta manera, el ánima se convierte en lo que originalmente era, la “mujer interior”, que transporta mensajes vitales hacia el self.” Man and His Symbols. Part III. The Anima: The Woman Within – M.L. von Franz
Cuando un hombre está lleno de vida, está “animado”. Hay algunos artistas que reportan un poder sobre humano apoderándolos cuando están tocando un instrumento, cantando o pintando. Cosas que uno nunca pudo haber hecho por sí solo, como si algo más estuviera en control.
El animus: “El hombre interior”
El animus “el hombre interno” es la personificación de todas las características masculinas en una mujer, y también tiene aspectos positivos y negativos. Pero, no aparece como una fantasía erótica, más bien, toma la forma de una convicción escondida y sagrada sobre alguna creencia o suposición.
Uno de los temas favoritos que el animus repite sin parar en los pensamientos de este tipo de mujer va así: “La única cosa que quiero en este mundo es amor— y parece ser que el no me ama” o “En esta situación solo hay dos posibilidades - y las dos están igual de malas.” Man and His Symbols. Part III. The Animus: The Man Within – M.L. von Franz
Así como el carácter del ánima de un hombre es formado por su madre, así el animus es influenciado por el padre de una mujer. El padre le hereda a la hija convicciones indiscutibles - convicciones que no toman en cuenta la realidad personal de la mujer, como ella realmente es. El lado negativo del animus aleja a la mujer de las relaciones humanas, es como un capullo de soñadora, lleno de pensamientos, deseos y juicios sobre como las cosas deberían de ser y la aparta de la realidad.
“Al mantener actitudes destructivas secretas, una mujer puede llevar a su esposo y sus hijos a la enfermedad, el accidente o incluso la muerte. O puede impedir que los hijos se casen, una forma de profunda maldad oculta que rara vez se presenta en la mente consciente de la madre. (Una anciana ingenua me dijo una vez, mientras me mostraba una foto de su hijo que se ahogó a sus 27 años: Es mejor asi; es mejor que entregárselo a otra mujer). Man and His Symbols. Part III. The Animus: The Man Within – M.L. von Franz
Todo esto puede llevar a una pasividad y un parálisis de sentimientos, o una profunda inseguridad. En la profundidad de la psique, el animus le dice: “No tienes esperanza, de que sirve intentar? ¿Cuál es el punto? Nada tiene sentido. La vida nunca va a cambiar para bien”. Así como él anima, el animus también toma la forma del vampiro que chupa energía.
“El animus de esa mujer le roba la energía a otras personas. Una mujer así se convierte en vampiro, ella no tiene vida, pero necesita vida, entonces tiene que agarrarla de quien se deje. Ese demonio-animus negativo mata cualquier aspecto femenino en su vida” - M.L. von Franz, Animus and Anima in Fairy Tales
El ser poseído por el ánima o el animus significa que nos identificamos con esos pensamientos y sentimientos, sin saberlo, sin cuestionarlo. Uno se identifica con esos pensamientos hasta el punto que es incapaz de desprenderse de ellos o verlos por lo que realmente son.
El animus no solo tiene cualidades negativas, así como brutalidad, imprudencia, pláticas vacías e ideas malévolas y silenciosas. También tiene un lado positivo y valioso; el animus también puede construir un puente hacia el verdadero yo a través de la creatividad. Si una mujer reconoce quién y que es su animus, su animus se puede convertir en un compañero interno invaluable que le da cualidades masculinas de iniciación, coraje, objetividad y sabiduría espiritual.
“El animus tiene cuatro etapas de desarrollo. La primera aparece como la personificación del poder físico, como un atleta campeón. En la próxima etapa posee iniciativa y la capacidad de ejectutar un plan de accion. En la tercera etapa, el animus se convierte en la “palabra”, apareciendo como el profesor o el profeta. Finalmente, en la cuarta manifestación, el animus es la encarnación del significado. En este alto nivel se convierte (como el anima) un mediador de experiencias religiosas en donde la vida obtiene un nuevo significado.” — Man and His Symbols. Part III. The Animus: The Man Within – M.L. von Franz
Anima y animus: El camino hacia la individuación.
La danza con el ánima y el animus es indispensable para la individuación. El ánima es el arquetipo de la vida y el animus es el arquetipo del significado. Jung hace referencia a la idea del syzygy. El syzygy es la figura de la pareja divina unida por un matrimonio sagrado, como una figura tan universal como la existencia del hombre y la mujer - Así como la unión celebrada por Shiva y Shakti.
La confrontación con el inconsciente puede verse como un acto de meditación activa, de una reflexión con un efecto curativo. Una plática interna de una persona con otra que parece invisible, así como en la invocación de una deidad o con nuestro ángel.
Al entender, escribir, y dibujar nuestros sueños, incorporamos las imágenes del inconsciente en la consciencia. Los sueños más importantes son los llamados “sueños arquetípicos” que vienen del inconsciente colectivo.
Hay dos prácticas importantes para Jung en relación con los sueños: amplificación e imaginación activa.
La amplificación es el uso de cuentos mitológicos o paralelos históricos y culturales para amplificar o “subirle el volumen” al material del sueño. Esto es como para evitar que el proceso fuera enteramente subjetivo. Durante su vida, Jung interpreto cerca de 80,000 sueños y descubrió que pareciera que todos siguen un patrón en común, imágenes en común, demostrando así, la validez del concepto del inconsciente colectivo.
En la imaginación activa, uno visualiza y contempla fragmentos de la fantasía que parezcan relevantes y construye sobre ellos agregando más y más material inconsciente.
El objetivo de la imaginación activa es darle una voz a estas partes de la personalidad (particularmente el anima/animus y la sombra) que normalmente no son escuchados, de esa manera estableciendo una línea de comunicación entre la consciencia y la inconsciencia. - Daryl Sharp, Jung Lexicon
Es normal que esos sueños intensos y frecuentes se vayan debilitando y que cada vez sean menos frecuentes, mientras se van haciendo más y más conscientes. Esos sueños tienen elementos que viven en el mundo interior y “quieren” ser conscientes.
Al confrontar las figuras del inconsciente, uno no debe hacer preguntas sobre cosas del mundo exterior que ya sabe, debe hacer preguntas sobre la realidad interna. Importante recordar que el mundo de los sueños y los símbolos no son pura “fantasía”. De hecho, la imaginación parece “magnificar” o expandir la consciencia. En otras palabras, la imaginación activa está activamente expandiendo la consciencia.
El objetivo de la individuación es el de convertirse más y más en nuestra manera auténtica de ser, tan distintos de los de más, pero a la vez en relación a los de más.
“Encontramos que ciertos pensamientos, emociones y afectos están vivos en nosotros, los cuales nunca hubiéramos creído posibles. Naturalmente, posibilidades de este tipo parecen absolutamente fantásticas para cualquier persona que no las ha vivido por sí mismo, ya que una persona normal “solo sabe lo que piensa”. Tal actitud infantil por parte de la “persona normal” es simplemente lo normal. Por eso la gente sin experiencia en este tema no tiene esperanzas de entender la verdadera naturaleza del ánima y animus. Con estas reflexiones uno entra en un mundo totalmente nuevo de experiencias psicológicas, siempre y cuando uno tenga éxito en llevar a cabo estas prácticas. Aquellos que sí tienen éxito rara vez se sorprenden por todo lo que el ego no sabe y nunca ha sabido. Este incremento en autoconocimiento es muy raro hoy en día y usualmente fue prepagado con una neurosis, si no es que algo peor” Carl Jung, C.W. Vol 9. Part II: Aion. The Syzygy: Anima and
Referencias
Carl Jung, C.W. Vol 9. Part II: Aion
Carl Jung, C.W. Vol 9. Part I. Archetypes of the Collective Unconscious
Man and His Symbols. Part III: The Process of Individuation – M.L. von Franz M.L. von Franz
The Problem of the Puer Aeternus M.L. von Franz, Animus and Anima in Fairy Tales