¿Qué es el capitalismo?
El capitalismo es simplemente lo que sucede cuando dejamos a las personas vivir en libertad.
Es el sistema que te permite emprender sin pedir permisos o pagar cuotas, te permite ser dueño de tu propiedad, y hacer intercambio libre y voluntario con otros. Es la libertad de elegir, de manifestar tus sueños y de salir adelante sin que el gobierno te meta el pie.
¿Qué NO es capitalismo?
Antes de continuar, vamos a ver que NO es capitalismo con la intención de primero sacar la basura y dejar un papel en blanco libre de malinterpretaciones.
El capitalismo no es sinónimo de grupos de gente con mucho dinero.
A veces se usa la palabra “capitalismo” como sinónimo de “ricos”, “fifís” o como que refiriéndonos a las grandes corporaciones de Black Rock.
Esto no es del todo correcto, confunde y coloca al 99% de la gente en contra del capitalismo.
El capitalismo es libertad empresarial, para todos
La señora que tiene una tiendita y no quiere ser extorsionada por un burócrata, es pro capitalismo.
El emprendedor que busca vender hierbas naturales en línea sin ahogarse en trámite de la COFEPRIS, también lo es.
El agricultor que quiere intercambiar su cosecha sin intermediarios del Estado, igual, es pro capitalista, pro libertad.
El capitalismo no es concentración de poder. Es dispersión de poder.
Sí, se suele concentrar en algunas familias o empresas, pero a ver…¿qué tantas de esas empresas usaron el poder estatal a su favor? Eso es amiguismo
El capitalismo está siendo confundido por amiguismo, corporativismo.
Lo que muchos critican como “capitalismo” en realidad es amiguismo.
Estos son pseudo empresarios que, en lugar de competir, se hacen amigos del gobierno para gozar de contratos, subsidios o privilegios legales.
Eso no es capitalismo. Eso es corrupción. Eso es estatismo disfrazado de libre mercado.
El verdadero empresario compite en igualdad de condiciones y crece su empresa ofreciéndole al público algo de valor.
El pseudo empresario se vuelve político —le manda flores a los políticos para ver que se le pega— para usar el poder del Estado a su favor y apropiarse del dinero ajeno a través de contratos inflados, subsidios, tarifas en contra de la competencia, etc.
Otro malentendido común— relacionado con este punto— es el tema de los monopolios.
En la mayoría de los casos, los monopolios surgen cuando el Estado interviene en los mercados, otorga licencias exclusivas, levantan paredes burocráticas que hacen casi imposible que una pequeña empresa pueda entrar a competir en un sector.
Donde hay libre mercado, hay competencia.
El capitalismo no es consumismo
Muchas personas asocian al capitalismo con el consumismo. Los asocian tanto que lo usan como sinónimo.
El capitalismo solo es un sistema de intercambio voluntario y propiedad privada, eso no tiene nada que ver con la cultura y la decadencia moral y espiritual de la gente.
En este punto, se me viene a la mente el libro de Jacques Ellul, en donde habla de propaganda sociológica: y cómo este tipo de propaganda, a través de los medios de comunicación, el entretenimiento y el arte, moldea nuestros valores y nuestra manera de interpretar el mundo.
Moldea nuestra definición de éxito, nuestros códigos morales, nuestro concepto de libertad, y hoy en día, cómo podemos ver… Moldea nuestra definición de capitalismo.
Muchos culpan al capitalismo por la decadencia espiritual y cultural. Pero hay que diferenciar entre sistemas económicos y tendencias morales o psicológicas. Estas tendencias nihilistas y hedonistas en realidad son síntomas de lago más profundo, no son síntomas de un mercado libre.
En el video de esta publicación, también tocó el tema del destruccionismo cultural que el movimiento marxista ha causado y cómo eso se relaciona con la psicosis masiva de la que habla Carl Jung. En las próximas publicaciones, hablaré sobre este tema muy interesante.
El capitalismo no causa los ciclos económicos —las recesiones.
Otra crítica común es que el capitalismo provoca crisis financieras.
Pero quienes han estudiado a fondo teoría económica, especialmente de la escuela austriaca, saben que las crisis no son consecuencia del libre mercado.
Los ciclos económicos son causa de la intervención del Estado en la moneda y el crédito: expansión artificial del dinero, manipulación de tasas de interés, y privilegios para el sistema bancario.
Los ciclos económicos son consecuencia de la inflación monetaria, o en otras palabras, son causa de imprimir dinero. Esto es 100% culpa del banco central y de la banca de reserva fraccional, no del capitalismo de libre mercado.
En el siguiente video puedes explorar este tema
El capitalismo no es explotador
Karl Marx argumentaba que el emprendedor obtenía ganancias explotando al trabajador: pagándole menos de lo que supuestamente “vale” su trabajo.
Pero esta crítica parte de dos errores fundamentales: una noción equivocada de justicia y una teoría equivocada sobre cómo las personas valoran las cosas.
El capitalismo no es injusto
En el capitalismo, nadie está obligado a trabajar para nadie. El trabajador puede aceptar o rechazar una oferta, negociar su salario, cambiar de empleo o incluso emprender. Hay libertad. Hay alternativas. No hay explotación si hay consentimiento y posibilidad de elección.
Además, el mercado no valora el trabajo por las horas invertidas, sino por el valor que aporta al proceso productivo. Esto es lo que la teoría económica moderna —y especialmente la Escuela Austriaca— llama el principio del valor subjetivo.
El valor no lo determina el esfuerzo, ni el tiempo, ni el sufrimiento. Lo determina la percepción de utilidad que los demás le asignan a un bien o servicio en un momento determinado. Un trabajo que genera más valor para los consumidores es más demandado y, por tanto, mejor remunerado. El precio del trabajo no es arbitrario ni impuesto: es resultado de las decisiones voluntarias de millones de personas que intercambian bienes y servicios en libertad.
Aquí se desmorona la teoría marxista del valor trabajo: no existe una medida objetiva del valor “real” del trabajo. El valor no está en el trabajo mismo, sino en la mente del consumidor.
El capitalismo no impone resultados. Ofrece oportunidades.
Y es más justo que cualquier otro sistema, porque respeta la libertad individual, los frutos del esfuerzo personal y el derecho de cada persona a prosperar sin robar ni depender de otros.
El capitalismo no es perfecto… pero es lo mejor que tenemos
Ningún sistema es perfecto. Pero el capitalismo —basado en libertad individual y la propiedad privada— ha sacado a más personas de la pobreza que cualquier otro sistema en la historia.
Hablando de pobreza, hay que entender que la pobreza y la carencia fue y es el estado original del ser humano. Hace cientos de años, la mayoría del mundo vivía en modo salvaje, en modo emergencia.
Según Miguel Anxo Bastos, lo que hay que explicar, cuando hablamos de la economía, es la riqueza, no la pobreza.
En cambio, el socialismo ha traído:
Pobreza generalizada, excepto para los gobernantes y sus aliados.
Burocracia asfixiante que nos impide emprender.
Control centralizado de los medios de producción.
Destrucción de la riqueza, el empleo y la innovación.
El capitalismo no es una utopía. Es simplemente lo que sucede cuando dejamos a las personas vivir en libertad.
Es el sistema que te permite emprender sin pedir permisos, sin pagar cuotas, te permite ser dueño de tu propiedad y hacer intercambio libre y voluntario con otros.
Es la libertad de elegir, de manifestar tus sueños y de salir adelante sin que el gobierno te meta el pie.
¡Viva la libertad!
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