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El Narcisista

La estructura de carácter del narcisista, en qué consiste, las causas y cómo las redes sociales y las tarjetas de crédito promueven el alza de narcisistas en nuestra sociedad.

Vamos a explorar el carácter del narcisista, en qué consiste, qué lo causa y cómo las redes sociales y las tarjetas de crédito promueven el alza de narcisistas en la sociedad.

¿Qué es narcisismo?

El narcisista tiene un exceso de admiración propia y un sentido de sí mismo inflado. Se ve a sí mismo y piensa que es más y mejor que lo que realmente es. Más inteligente, más capaz, más creativo, más fuerte, de lo que realmente es.

"Cuando decimos que alguien es narcisista, implicamos la presencia de creencias sobre uno mismo que no pueden ser fundamentadas."

Donald Nathanson, Vergüenza y Orgullo: Afecto, Sexo y el Nacimiento del Yo

La vergüenza del narcisista

"Ya sea que lo demuestren o incluso lo reconozcan ellos mismos, [los narcisistas] siempre están huyendo del dolor."

Joseph Burgo, El narcisista que conoces

Para evitar sentir la incomodidad de la vergüenza, uno exagera sus atributos personales. La vergüenza crónica es cansada, refleja pensamientos negativos, sobre nosotros mismos.

Uno percibe que no vive a la latura de las expectativas familiares o sociales, a causa de eso surgen pensamientos negativos y una auto evaluacion negativco de uno mismo.

No hay que confundir vergüenza con culpa. La culpa, surge cuando creemos que hemos actuado de manera inadecuada; y la vergüenza, surge cuando sentimos que todo nuestro yo es inadecuado.

"La vergüenza parece venir con una disminución repentina de la autoestima, un momento en el que se nos revela como en verdad somos menos de lo que nos gustaria creer."

Donald Nathanson, Vergüenza y Orgullo: Afecto, Sexo y el Nacimiento del Yo

La vergüenza puede ser útil para adecuarnos a normas sociales y mantener la coherencia grupal. Pero algunos sufren de vergüenza, no por haber sido incoherentes, sino porque se toparon con gente cruel que algún día los ridiculizó, los rechazó.

Por ejemplo, uno padres negligentes y desinteresados son una causa común de la vergüenza en algunos niños.

Otra gente siente vergüenza a causa de rehusarse a adherirse al sistema de valores o las expectativas irracionales de una sociedad enferma. Al final, sea cual sea la causa, la psique, naturalmente, reacciona con un mecanismo de defensa. Algunas personas usan la vergüenza para salir adelante y otras para escapar del mundo y descender hacia la profundidad oscura de la depresión.

Algunos usan la anestesia de alguna adicción, mientras que otros evaden la vergüenza creando una imagen inflada y falsa de sí mismo, la cual actúa como una armadura psicológica que los protege de la vergüenza.

"El narcisismo es un término que debe reservarse para esa parte de nuestra autoimagen que abandonaríamos si aceptáramos la vergüenza. Es una máscara mal puesta o un mal peluquín... un corsé diseñado para mostrarnos el como deseamos ser en lugar de como realmente somos, una fanfarronería destinada a disfrazar la caída de la desgracia, una casa llena de arte fino y joyas falsas, un acento fingido, cualquier cosa que hagamos para llamar la atención sobre el yo que deseamos asumir en lugar de la persona que realmente somos."

Donald Nathanson, Vergüenza y Orgullo: Afecto, Sexo y el Nacimiento del Auto estima inestable

Al ver a un narcisista, es difícil creer que en el fondo sienten vergüenza; a simple vista parece que tienen mucha confianza y autoestima. No dudan de sí mismos, no parecen tener inseguridades y se mueven a través del mundo social con confianza.

Pero esa autoestima es sostenida frágilmente por una imagen falsa que requiere de la admiración y los halagos de otras personas como combustible para existir.

"… ocasionalmente, algún accidente de la vida le negará [al narcisista] el privilegio de la evasión [narcisista], o un adversario implacable puede arrancarle las capas de cobertura que le brindan consuelo. Entonces, [él] queda tanto desnudo como desamado [y] repentinamente en peligro..."

Donald Nathanson, Vergüenza y Orgullo: Afecto, Sexo y el Nacimiento del Yo


Represión de emociones

Es imposible ir por la vida con una máscara de grandiosidad sin eventualmente toparse con la pared de la realidad, es ahí cuando el narcisista tiene que aprender a reprimir cualquier sensación física de vergüenza

“Entre mas narcisista uno es, menos esta identifcado con los sentimientos” (Alexander Lowen, Narcissism: Denial of the True Self)

Para reprimir (detener) la sensación física de cualquier emoción incómoda habrá que tensionar los músculos y así, detener el flujo energético de la emoción a través del cuerpo. Metafóricamente, mientras uno está colgado de una ilusión mental, uno no puede poner los pies en la tierra y sentir el cuerpo.

"La negación de los sentimientos, característica de todos los narcisistas, se manifiesta principalmente en su comportamiento hacia los demás. Pueden ser despiadados, explotadores, sádicos o destructivos con otra persona porque son insensibles al sufrimiento o los sentimientos del otro. Esta insensibilidad proviene de una insensibilidad hacia los propios sentimientos. La empatía, la capacidad de percibir los estados de ánimo o sentimientos de otras personas, es una función de la resonancia. Podemos sentir la tristeza de otra persona porque nos entristece; podemos compartir la alegría de otro porque evoca buenos sentimientos en nosotros. Pero si somos incapaces de sentir tristeza o alegría, no podemos responder a estos sentimientos en otra persona e incluso podemos dudar de que los tengan."

Alexander Lowen, Narcisismo: La negación del verdadero yo


Epidemia moderna de narcisistas

El número de personas que cada vez más se mueven hacia la estructura de carácter del narcisista parece estar incrementando.

"En datos de 37,000 estudiantes universitarios, los rasgos de personalidad narcisista aumentaron tan rápido como la obesidad desde la década de 1980 hasta el presente, con un cambio especialmente pronunciado en las mujeres."

Jean Twenge y Keith Campbell, La epidemia del narcisismo:

Nuestro sistema de valores actual, promueve algunas ideas distorsionadas de lo que es el éxito, y por el otro lado, redes sociales y tarjetas de crédito han hecho cada vez más fácil identificarse con una imagen maquillada de uno mismo, de esa manera uno logra evadir la sensación de vergüenza que en el fondo permanece.

La mayoría de las sociedades contemporáneas ven a el dinero, la belleza, el estatus social y la fama como valores preeminentes. Hoy las personas quieren ser como la artista sensual o el emprendedor millonario. Y si no podemos ser millonarios, pues al menos hacer lo que uno puede para ser una persona atractiva, vivir en una casa grande, manejar un carro último modelo o asociarnos con gente popular.

Pero estos son estándares no razonables, ya que la acumulación de riqueza muchas veces es el resultado de una pizca de suerte, conexiones, la cultura y las circunstancias de vida, así como lo es también de trabajo duro y sacrificio.

La belleza depende mucho de la lotería genética y el estatus social es un concepto relativo que automáticamente excluye a la mayoría del mundo de su estratosfera.

La fama normalmente es irracionalmente otorgada a aquellos que ponen un showsito o logran notoriedad, en vez de reflejar una verdadera grandeza de su ser. Admiramos a los actores y los “artistas”, los admiramos por las razones equivocadas.

Si crees que tienes que alcanzar todos estos estándares para poder ser considerado exitoso, estás destinado a sentir algo de vergüenza.

Para escapar sensaciones de un yo inadecuado, las redes sociales, en conjunto con las tarjetas de crédito, han hecho la evasión narcisita de vergüenza más fácil que nunca.

Aquellos que se sienten avergonzados hacen una curación de sus mejores fotos, sus mejores momentos para crear una nueva autoimagen que remplaza el fracaso y la repulsión que uno siente en el fondo.

Al compartir la mejor foto y publicar solo los mejores momentos de la vida, los mejores lugares y los pensamientos más atinados, se crea un perfil que promueve esta inflación de la imagen de uno mismo.

Esa facilidad con la cual podemos crear una imagen inflada de nosotros mismos es aún más promovida por las tarjetas de crédito. El crédito nos permite fingir que somos más exitosos de lo que en verdad somos. Podemos usar el crédito para comprar un carro de lujo a 5 años, irnos de viaje, sacar la hipoteca de una buena casa o hasta sacar un préstamo para una cirugía plástica.

Después vamos a redes a mostrarle al mundo lo que acabamos de comprar y así inflar aún más nuestra imagen propia.

"La inflación en el crédito conduce a una inflación en la autoimagen, ayudando a que la epidemia del narcisismo se propague ampliamente. Toma una cultura que promueva la auto-admiración y los bienes materiales, agrega la capacidad de realizar esta auto-admiración comprando cosas que realmente no puedes pagar, y muchas personas viven la ilusión narcisista de ser ricas, exitosas y especiales."

Jean Twenge y Keith Campbell, La epidemia del narcisismo: Viviendo en la era del derecho

El narcisismo representa una división en la personalidad, entre el sentido falso de grandiosidad y la realidad.

"Cuando la riqueza ocupa una posición más alta que la sabiduría, cuando se admira más la notoriedad que la dignidad, cuando el éxito es más importante que el respeto propio, la cultura misma sobrevalora la 'imagen' y debe considerarse narcisista."

Alexander Lowen, Narcisismo: La negación del verdadero yo

Al reconocer los peligros que vienen de una imagen inflada, podríamos escoger adherirnos a valores que dependan de nosotros y que promuevan un bienestar psicológico.

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