0:00
/
0:00
Transcript

Libertad Empresarial (Capitalismo) Vs. Control Estatal (Estatismo)

¿Qué sistema político y económico es mejor? Capitalismo Vs Socialismo

Hablemos sobre Filosofía Política y Teoría Económica

Hoy, el estatismo, conocido popularmente como “socialismo”, avanza cada vez más, intenta tener control total sobre la sociedad, despojando al individuo de sus libertades y sus derechos.

En ese sentido, el socialismo nos lleva hacia un gobierno totalitario.

"El precio de la libertad es su eterna vigilancia". - Thomas Jefferson

¡Todos! No importa a qué te dediques, tenemos que dedicar una porción de nuestra energía, grande o chica, para comprender estas ideas, porque de esto depende nuestra calidad de vida en general.

Share

“Si no te interesas por los asuntos de tu gobierno, estás condenado a vivir bajo el mandato de los tontos"”
— Platón


Primero que nada, vamos a definir nuestros términos.

¿Qué es el socialismo?

Básicamente, es cuando el estado controla los medios de producción, cuando interviene en las transacciones entre dos personas, cuando, a la fuerza, nos hace pagar impuestos y actuar en contra de nuestra voluntad a favor de un grupo selecto de personas en el poder central.

El término “Socialismo” no es del todo correcto como para representar lo que en verdad es. ¡Los gobernantes, las víboras en traje, han usado esta estrategia de branding para conseguir votos!

Por qué claro.. ¿Quién en su sano juicio va a estar en contra de la sociedad?

El término suena bonito porque se asocia con “lo social”, “el bienestar”, “la comunidad”.

¡Abramos los ojos, despertemos! En la práctica, detrás de ese branding suele haber colectivismo: más intervención, más impuestos, más control, más regulación… aunque le llamen "del pueblo".

En su libro “Camino de servidumbre” Publicado en 1944, Friedrich Hayek lo definió como: la redistribución de los ingresos a través de programas de “bienestar” del estado y el impuesto sobre la renta y menciona que, el objetivo siempre es el mismo: la igualdad de la sociedad.

y el objetivo se logra, ahora todos somos iguales, igual de pobres, menos la gente en poder y sus amigos. Los pseudo empresarios que suben la escalera a base de contactos en el gobierno.

Según Ludwig von Mises el socialismo destruye las instituciones del capitalismo, destruye todo lo que los buenos emprendedores construyeron a base de ahorro y trabajo duro. Pretende destruir aquellas ideas que soporten y promuevan la libertad económica.

En el socialismo, las instituciones capitalistas son destruidas a través de impuestos, regulaciones, tarifas, inflación y la propaganda política que pretende instalar la idea de “igualdad” y el odio al capitalismo.

¿Qué es capitalismo?

Un sistema de intercambio libre y voluntario en un mercado, donde los medios de producción son de propiedad privada y los precios se determinan por la oferta y la demanda, en lugar de por la planificación o coerción del gobierno.

El capitalismo no es solo un sistema económico eficiente: es lo más natural y espontáneo, está basado en el intercambio voluntario y la propiedad privada.


Si no hay propiedad privada, no hay libertad.

En el socialismo puro, el individuo y las empresas privadas no tienen el derecho total de obtener, poseer, controlar, emplear, disponer y hasta dejar en herencia, su capital.

Es decir en el socialismo no hay propiedad privada, y sin propiedad privada NO hay libertad.

En este caso, el poder central toma control total de los bienes de producción, arrebatándole al individuo su derecho de propiedad.

En el 2016, el Foro Económico Mundial, publicó un video en donde sale la frase “No tendrás nada y serás feliz” en inglés: You'll own nothing and be happy Este es un claro intento de la supuesta agenda 2030 que planea restringir a la propiedad privada.

La frase también ha sido utilizada como referencia al modelo de negocio de suscripción y del software como servicio.​

Y esto aplica para todo tipo de socialismo: Marxismo, intervencionismo y cualquier forma de gobierno que aplica la coerción o la violencia para forzar al individuo a actuar en contra de su voluntad.

Leviathan_frontispiece_cropped_British_Library...

Una violencia institucional que impide a los seres humanos comerciar o actuar libremente entre ellos. Esto lo explica Hayek en Camino a la servidumbre o Ludwig von Mises en su libro Liberalismo.

Desde que una persona nace, nace con la libertad de tener ideas, expresarlas y tomar acciones para manifestarlas, pero muchas veces, necesita de propiedad privada como para materializar esas ideas.

Como por ejemplo, para expresar nuestras ideas necesitamos de bienes materiales como papel y tinta o en el mundo moderno, computadora e internet y aparte también necesitamos acceso a varios medios de propagación como son los canales de comunicación masiva, algunas redes sociales, canales de televisión y radio, etc.

Si una persona quiere propagar sus ideas a través de un canal de T.V., radio o periódico y el estado socialista impide el acceso a estos medios construyendo paredes burocráticas, permisos interminables y tiempos de espera absurdos. De esta manera, toma control total de los medios de producción a través del intervencionismo.

Al día de hoy, en México, hay varias industrias o sectores en donde es prácticamente imposible que el emprendedor sin conexiones entre a competir, debido a que el estado o el narco-, que más o menos son los mismos, han tomado control total de la industria.

De esta manera, aplastando a la posible competencia con regulaciones, trámites o violencia. Creando una situación parecida a la de David y Goliath.

Osmar Schindler (1869-1927) - In the battle between David and Goliath, David is an archetypal example of an underdog.

Ejemplo: Salvador Allende quería nacionalizar el papel de prensa y la radio. Aquí no hace falta censura. Esa censura ocurre cuando se le niegan a la libre expresión los recursos necesarios para manifestarse.

“Si las empresas son del Estado y a ti no te gusta tu trabajo, ¿a dónde te vas? No hay opciones. En este caso, la libertad depende del capricho del gobernante.” - Miguel Anxo Bastos

En el momento en que tienes que pedirle al gobierno un permiso para hacer algo, dejas de ser libre como individuo.

Cabe mencionar que hoy en día, no es como que existen países 100% socialistas y países 100% capitalistas. Así no funciona. El socialismo se mete y se mete cada vez más en sistemas capitalistas, de esa manera afectando el índice de libertad económica.


El capitalismo es explotador?

Karl Marx tiene un inconveniente con la manera en la que el emprendedor genera ganancias a través de la supuesta explotación del trabajador.

Pero en la realidad, el socialismo es explotador. Porque para que un país socialista produzca bienes, controle su ejército, construya edificios, etc., es necesario pagarle al trabajador lo que realmente vale su trabajo.

En regímenes socialistas donde el Estado controla todos los medios de producción, y tomando en cuenta que el gobierno no recauda impuestos, los bienes públicos tienen que ser financiados a costa de los trabajadores. El gobernante le paga al trabajador menos de lo que él merece, a través de una explotación forzada. Salarios forzosos.

En este caso el trabajador ya no tiene la opción de vender su trabajo en un mercado libre. Su única opción es trabajar para el Estado. Esto puede terminar en condiciones peores que las que el socialismo criticaba del capitalismo: alienación, falta de incentivo para trabajar y sueldos injustos.

Si se critica al capitalismo por la forma en la que se ganan el dinero, entonces el socialismo está peor: es un sistema explotador.

En el socialismo los salarios son fijados políticamente, unos trabajadores ganan más de lo que deberían y otros menos de lo que deberían. Los que cobran menos financian a los que cobran más. - Miguel Anxo Bastos

El socialismo es radicalmente injusto por naturaleza.

El que no trabaja cobra lo mismo que el que sí trabaja. Sueldos, premios, recompensas, etc., son asignados políticamente, muchas veces a través del amiguismo.

Aparte, no hay nada más injusto que tratar a todos iguales. Es como si en la escuela todos automáticamente se sacan un 100, independientemente de sus resultados.

En un sistema que busca la “igualdad”, el que trabaja más, produce más, innova más o se esfuerza más, termina subsidiando al que no lo hace. Esto desmotiva la innovación y es injusto.

Si el sistema no deja que una persona construya sus sueños con acciones, si se le impide con violencia o se le entorpece con trámites burocráticos, eso es un sistema radicalmente injusto.

La idea de que existe un poder central que decide qué sí y qué no es un abuso de poder en contra de la libertad del individuo.

Ese dictador, se cree intelectualmente superior y asume que sus decisiones son racionales y su criterio está por encima del individuo. Le impide a las personas, con fuerza y violencia, hacer aquello que desean.

Injusto.

El problema del cálculo económico en el socialismo

Suponiendo que nos olvidáramos de que sí el socialismo es injusto o no, malo o bueno.

¿Es posible un sistema socialista? La respuesta es NO.

Ludwig von Mises nos enseña que el socialismo no puede existir sin un sistema en donde naturalmente se forman los precios a partir de la oferta y la demanda ininterrumpida del mercado, del emprendedor, del actor económico.

Al eliminarse los precios libres de los medios de producción, los sistemas socialistas no pueden asignar recursos eficientemente. Esto no solo lleva al desperdicio, sino que pone a los trabajadores a producir cosas que nadie quiere o necesita.

El sistema de precios es algo muy sofisticado.

Ya tenemos casi memorizado cuánto cuesta cada cosa. Todo el tiempo estamos haciendo cuentas, imaginando escenarios y tomando decisiones según lo que creemos que cuesta algo y lo que podríamos ganar si invertimos nuestro dinero aquí o allá.

El socialismo se derrumba sin un sistema de precios. Porque sin precios, no hay manera de saber qué producir, en qué cantidad, cómo asignar estos recursos.

¿Cómo el productor central va a saber cuánto de qué producir y a quién dárselo primero?

Está destinado a hacer un mal trabajo y a afectar el sector en que se involucre.

Por el otro lado, en un mercado libre, capitalista, los precios surgen espontáneamente del intercambio voluntario entre millones de personas. Esos precios transmiten información sobre la escasez, la demanda, el valor y la utilidad de los recursos. De esa manera, los precios se pueden ver como el lenguaje del mercado. Como las luces que guían al emprendedor a colocar sus recursos de manera más eficiente.

Franz Oppenheimer, en su libro El Estado, nos explica que hay dos maneras de asignar recursos:

  • Medios políticos: El poder central usa la fuerza para obligar a las personas a hacer algo, o crea leyes que permiten el saqueo legal. Es básicamente: “O me pagas impuestos, o vas a la cárcel.”

  • Medios económicos: Es un acuerdo voluntario entre dos partes. Como nadie está obligado, ambas partes tienen que ganar. Cada factor de producción tiene que ser pagado según lo que la gente considera que vale.

“Cuando una parte de la riqueza es transferida de la persona que la posee, sin su consentimiento y sin compensación, ya sea por la fuerza o por el fraude, a alguien que no la posee, entonces afirmo que se viola la propiedad; que se comete un acto de saqueo. Este acto es precisamente lo que la ley se supone que debe suprimir, siempre y en todas partes. Cuando la misma ley comete este acto que se supone debe suprimir, se comete saqueo”. - La Ley, Frédéric Bastiat


El capitalismo es lo mejor

Se basa en la no coerción, se basa en el acuerdo libre entre las partes.

Si estás frustrado porque no estás ganando el dinero que siempre has querido ganar, es muy sencillo: no estás aportando suficiente valor al mercado, desde un sueldo hasta honorarios. ¿Injusto? No, simplemente así es.

Duro aceptarlo, pero en el capitalismo tú vales lo que la demás gente (el mercado) dice que vales, no lo que piensas que vales

Desde ese punto de vista, el sistema capitalista no es explotador. El mercado le paga a cada agente económico lo que los demás dicen que vale y eso es lo que merece.

Cuando se demuestra que el valor es subjetivo, deja de existir la idea de la explotación. A los obreros se les paga lo que valen y punto. Se les paga lo que aportan puntualmente al proceso productivo de una empresa y punto.

El propio sistema marxista ahí entra en contradicción. No puede haber explotación bajo esta idea.

El capitalismo es el único sistema que puede calcular precios. A través de la oferta y demanda se fijan precios, y esos precios son como luces que nos orientan.

Invierte aquí, invierte allá, saca el dinero de aquí y ponlo acá. El capital, sin restricciones, siempre está colocado de la mejor manera posible.Los precios nos dicen qué producir, dónde, cuánto, cómo, de qué calidad, quién lo va a producir, etc.

Uno puede escoger entre empleados juniors de bajo sueldo o empleados seniors de alto sueldo.

En el socialismo, quedamos en manos de un dictador que decide la asignación de recursos a ciegas.

El capitalismo puede incluso florecer en varios sistemas políticos: en autocracias, en monarquías, oligarquías, regímenes comunistas, democracias.

China está haciéndolo capitalísticamente muy bien. Es el experimento económico más curioso del siglo XXI: una dictadura comunista que opera bajo muchas reglas capitalistas.

Desde las reformas de Deng Xiaoping en los 80, China abandonó la planificación central rígida y permitió:

  • Propiedad privada parcial (algo es algo)

  • Empresas privadas (bajo reglas del Partido)

  • Apertura al comercio exterior

  • Inversión extranjera

  • Zonas económicas especiales

Pero, por otro lado, China no es el ejemplo a seguir: Expertos dicen que se viene una burbuja inmobiliaria, el Estado ha construido miles de casas que nadie habita. La demografía va en declive. Hay una represión a la libertad de expresión. Hipervigilancia.

El tema de China puede ser una publicación aparte, pero el punto es que su éxito no es prueba de que el socialismo funcione, es prueba de que el capitalismo funciona, es prueba de que entre más libertad económica se permita, más florece la civilización.

No se trata de la forma política, sino del compromiso del gobernante de defender el derecho de la propiedad y la libertad económica.